El virus está presente en plasma porcino proveniente de Estados Unidos.
La alimentación con plasma porcino podría ser el instrumento de propagación del virus de la diarrea porcina en Estados Unidos, país con la mayor afectación por dicha patología, con 60% de su censo porcino afectado, de acuerdo con investigaciones en Canadá.
El plasma porcino es una preparación hecha a base del plasma contenido en la sangre de los cerdos sacrificados para consumo humano, que luego de ser sometido a un proceso de centrifugado y deshidratación es mezclado con otros ingredientes como vitaminas, grasa, maíz o soya.
Se utiliza como un alimento de transición entre la leche y los granos en el proceso de engorda del ganado porcino. El mes pasado la agencia canadiense de inspección alimentaria identificó plasma contaminado con el virus, luego de que diversas granjas fueran afectadas por la enfermedad.
De acuerdo con científicos especializados en salud animal, el virus –que a la fecha ya representa una de las más devastadoras enfermedades en afectar al ganado en Estados Unidos en su historia- es letal únicamente para los cerdos jóvenes y no representa una amenaza para la salud animal o la seguridad alimentaria.
La agencia canadiense indicó que el virus estaba presente en plasma porcino proveniente de Estados Unidos, aunque no reveló el nombre del proveedor del alimento.
No obstante, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), quien ha estado investigando las rutas potenciales de la propagación del virus, comentó que no ha podido establecer vínculos entre las muestras de alimento con algún caso conocido de la enfermedad.
De acuerdo con científicos el análisis del alimento utilizado para criar a los cerdos es complicado, toda vez que los productores mezclan y procesan de diferentes modos sus productos.
El plasma porcino es de hecho sólo uno de los 40 ingredientes en la dieta típica de crianza de los lechones. “Mucha gente cree que la comida es la fuente más sospechosa de propagación del virus”, dijo a la agencia AP Greg Stevenson, un veterinario patólogo de la Universidad de Iowa, quien ha estudiado el virus. “Pero en sentido práctico, no tenemos aún ninguna prueba”.
Pero las sospechas ya han alcanzado a media docena de compañías que manufacturan plasma en los Estados Unidos y en Canadá, de modo que algunos agricultores han dejado de alimentar a sus cerdos con el ingrediente como precaución.
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