El consumo de productos integrales contribuye a evitar enfermedades cardiovasculares.
Los alimentos 100% integrales están compuestos por granos enteros, como las semillas de trigo, maíz, centeno, avena, arroz y cebada. “Sus propiedades nutricionales son tan altas que pueden contribuir de manera significativa a prevenir enfermedades cardiovasculares y digestivas”, dice Claudia Angarita, directora del Centro Colombiano de Nutrición Integral (Cecni).
Los granos enteros no han sido sometidos a un proceso de refinado, por lo que conservan todas sus propiedades nutritivas naturales. Las semillas integrales están compuestos por tres partes: el salvado, que constituye su envoltura y se caracteriza por ser rico en fibra, vitaminas del complejo B y oligominerales; el germen, que es la parte interna del grano, rico en vitaminas, antioxidantes, proteínas y minerales como hierro, zinc y selenio, y, finalmente, el endosperma, reservorio de energía del grano, cuyos componentes principales son los hidratos de carbono y las vitaminas del complejo B y E.
Los beneficios de consumir productos 100% integrales son numerosos.
Por un lado, proporcionan una óptima salud intestinal. Evidencias científicas confirman que algunos componentes de los granos enteros que se conservan en alimentos integrales, como fibra, almidones resistentes y oligosacáridos, estimulan las defensas del cuerpo, mejoran la salud gastrointestinal y previenen infecciones e inflamaciones en el estómago.
Su alto contenido en fibra, por otro lado, estimula el crecimiento y desarrollo de la flora intestinal, evita el estreñimiento y previene el cáncer de colon.
Además, el consumo de productos integrales contribuye a evitar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que los alimentos con estas propiedades disminuyen el colesterol sanguíneo y generan efectos positivos en la disminución de la hipertensión arterial.
Asimismo ayudan a mantener un peso corporal adecuado. El consumo de al menos tres porciones de granos enteros o de productos integrales contribuye a mantener en el punto ideal el índice de masa corporal (IMC), pues generan una mayor sensación de saciedad al comer y reducen el consumo de energía y la acumulación de grasa abdominal.
Además previenen la diabetes. Los alimentos 100% integrales contribuyen a controlar los niveles de glucosa sanguínea y reducen la producción de insulina, lo cual genera un mayor control glicémico para quienes son propensos a padecer dicha enfermedad.
Los expertos indican que una dieta balanceada debe incluir diariamente tres porciones de productos 100% integrales, es decir, que estén elaborados a base de granos enteros.
Existe una gran variedad de productos integrales que podemos incluir en nuestras comidas diarias. Panes, tortillas, cereales, barras de cereal, coladas de avena, arroz, pasta e, incluso, los granos enteros de trigo, avena, cebada, centeno, maíz, amaranto, son alimentos que resultan claves dentro de una dieta saludable.
Antes de adquirir un producto integral es necesario verificar si, efectivamente, está compuesto en su totalidad por granos enteros. Para eso deberá dirigirse a la tabla nutricional del producto y comprobar que cuenta con el sello del Whole Grain Council (WGC), la máxima autoridad en materia de granos enteros.
Es importante saber que los ingredientes se muestran en orden decreciente, es decir de mayor a menor concentración. Por eso es necesario revisar que el grano entero esté entre los primeros lugares del listado de ingredientes.
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