Este nuevo envase, al ser biodegradable, comporta un importante ahorro económico y energético.
El Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) ha desarrollado un nuevo envase para alimentación basado en celulosa con recubrimientos biodegradables, y que incorpora también una tapa con estas mismas propiedades.
De esta manera, se ha buscado crear una alternativa al uso de materiales de envases convencionales no renovables derivados del petróleo, mediante el desarrollo de estructuras basadas en materiales celulósicos (papel), para su uso en aplicaciones de envasado en atmósfera modificada (MAP).
Se trata del proyecto Adcellpack, que ha coordinado ITENE y en el que han participado las empresas Distribuciones Juan Luna, Centros Comerciales Carrefour, Papelera de Brandia, Elastopoli Oy, Skymark y el centro de investigación VTT de Finlandia. El proyecto, que ya ha finalizado, ha contado con financiación del VII Programa Marco de la Unión Europea. Actualmente se está evaluando su desarrollo industrial por parte de los miembros del proyecto.
Gracias a esta iniciativa, empleando papel como sustrato, se ha integrado un recubrimiento biodegradable, desarrollando asimismo una tapa con las mismas propiedades sostenibles para ofrecer un producto hermético.
El proyecto ha conseguido desarrollar un envase biodegradable, capaz de mantener la frescura del producto alimentario que contiene y garantizar la seguridad alimentaria.
Como explica Juan Elías Luna, consejero delegado de Distribuciones Juan Luna, “una de las ventajas más importantes de este producto es el tratamiento de los residuos que supone. Este nuevo envase, al ser biodegradable, comporta un importante ahorro económico y energético”.
Además, Luna ha destacado que el innovador envase desarrollado “es compatible con la amplia gama de productos de charcutería que elaboramos como el queso, jamón curado o los embutidos”.
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