La división FoodService de Gallina Blanca, dedicada a cubrir las necesidades de la hostelería y la restauración, cumple 50 años. Nació en 1965, con el objetivo de dar respuesta a la elevada demanda de los famosos cubitos de caldo Avecrem que había en el sector hostelero. Medio siglo después, cuenta con más de 300 referencias y está presente en más de 25.000 establecimientos, especialmente restaurantes pero también en centros de salud, escuelas y residencias.
El objetivo de esta división del grupo GBfoods es responder a las necesidades del sector de la restauración, ayudando a los cocineros profesionales y a los distribuidores en su día a día y abasteciendo a los establecimientos con el máximo de ingredientes y soluciones culinarias, desde caldos, sopas y salsas, hasta pasta, arroz, tomate y aceite.
“La cercanía a las necesidades del sector y mantener una escucha activa en relación a los retos diarios de los cocineros han sido unas de las claves a la hora de afianzar a Gallina Blanca FoodService como un referente en el mercado profesional de la alimentación ”, apunta Vicenç Bosch, Director General de FoodService del Grupo GBfoods.
Gallina Blanca FoodService -como el resto de unidades de negocio del Grupo GBfoods- tiene una clara vocación internacional, y es por ello que sus productos están presentes en España, Italia y Portugal. El rasgo diferencial de sus soluciones culinarias es la adaptación a la tradición local, de modo que no se distribuyen los mismos productos en cada país ni tienen la misma composición y receta.
Tras 50 años de trayectoria, la división de FoodService de Gallina Blanca representa el 6,3% de facturación sobre el total del Grupo con un ritmo de crecimiento del 16%. La elaboración de sus productos se lleva a cabo en las distintas plantas de producción que la compañía tiene en España: Sant Joan Despí (productos deshidratados), Rubí (pasta), Miajadas (salsas de tomate y caldos concentrados), Ballobar (cubitos de caldo concentrados) y Alcañiz (caldo en pasta).
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