La Universidad Católica de Lovaina ha diseñado un modelo matemático que predice la concentración interna de gases de frutas y verduras con el fin de poder controlar el deterioro y la aparición de ese color marrón durante su almacenamiento.
Los productores y distribuidores de productos vegetales frescos necesitan almacenar continuamente sus productos antes de su comercialización.
Las frutas y verduras se almacenan en condiciones bajas de oxígeno y altas de dióxido de carbono y así se consigue mantenerlas hasta 9 meses, en función de las variedades. No obstante, puede ocurrir que las condiciones de oxígeno sean demasiado bajas y se produzcan alteraciones que provoquen que la fruta se deteriore y adopte un color marrón, a causa de mecanismos de difusión, respiración y fermentación y muerte de algunas células en el interior. En este proceso influyen las condiciones ambientales como la temperatura, la composición gaseosa, determinante en la distribución de oxígeno y dióxido de carbono en el interior de la fruta y, en menor medida, el tamaño.
La Universidad Católica de Lovaina ha diseñado un modelo matemático que predice la concentración interna de gases de frutas y verduras con el fin de poder controlar el deterioro y la aparición de ese color marrón durante su almacenamiento. Este modelo simula de una forma bastante exacta el intercambio de gases en los tejidos vegetales, incluyendo los fenómenos de permeabilidad, difusión, el fenómeno más importante del proceso, respiración y cinética de la fermentación. El modelo estudia la microestructura interna de los tejidos, lo que permitirá explicar las propiedades del intercambio de gases e identificar los caminos celulares e intercelulares de este proceso metabólico.
Se diseñó inicialmente estableciendo las peras como único caso de estudio, para evaluar mediante experimentos el efecto del tamaño y determinar los niveles de oxígeno y dióxido de carbono internos, pero ahora puede aplicarse de forma general conociendo simplemente las propiedades de los tejidos y la geometría de cada fruta. El modelo incorporaba la forma de la fruta y se resolvió utilizando un software de fluidos dinámicos.
Una vez en el mercado, este modelo permitirá controlar y evitar el deterioro de estos productos durante los largos periodos de almacenamiento y como consecuencia, eliminar esas grandes pérdidas económicas que sufren hoy los comerciantes. Además, el modelo contribuye a disminuir el volumen de basura orgánica y actúa en contra del detrimento del medio ambiente.
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